El uso facultativo de la mascarilla operará desde el próximo 1 mayo en aquellas regiones de nuestro país con el 80% de su población vacunada con las 3 dosis contra el Covid-19.
La medida establecida por el gobierno fue evaluada por el epidemiólogo y docente de la Facultad de Ciencias de la Salud de la UPC, William Valdez, quien señaló que la reducción del índice de positividad de Covid-19 en nuestro país durante las últimas semanas dio pie a que se descontinúe esta medida, la cual fue implementada cuando estábamos en riesgo elevado.
“Por el momento los indicadores epidemiológicos no muestran signos de una cuarta ola. Sin embargo, hay que tener presente que estamos iniciando una temporada de otoño y luego se avecina el invierno, que de por sí condicionan a un incremento de las enfermedades respiratorias.”
Algunos países de Europa y el mundo, como España e Israel, han adoptado el uso optativo de mascarilla en espacios abiertos por presentar una reducción en los indicadores epidemiológicos al igual que en el Perú, a lo que también se le llama fase de supresión.
El Médico Magíster en Epidemiología sostuvo que: “En algunos casos continúan con esta medida y en otros han retrocedido y vuelto a implementar el uso de las mascarillas. La toma de decisiones en epidemias es dinámica, siendo clave el continuar con la vigilancia de los indicadores epidemiológicos que nos permitan evaluar si seguimos con las medidas recomendadas o si retrocedemos en su implementación.”
En el marco de la ejecución de esta nueva medida, Valdez destacó que la probabilidad de contagio en espacios abiertos es mucho menor que en espacios cerrados. Sin embargo, el factor vacunación será determinante en el riesgo de enfermar, siendo menos probable en quienes cuenten con las dosis completas de la vacuna contra el Covid-19. En cambio, quienes no estén vacunados y además cuenten con otros factores de riesgo podrían presentar una sintomatología más grave, incluso la muerte.
Por consiguiente, el experto epidemiólogo de UPC invocó a la comunidad universitaria a mantener las prácticas de prevención adquiridas durante la pandemia, tales como el lavado constante de manos, evitar tocarnos nariz y boca, ventilar los espacios cerrados, evadir el contacto con personas que presentan síntomas respiratorios y proteger a los demás quedándonos en casa si presentamos algún síntoma como congestión nasal, fiebre, dolor de garganta, entre otros.